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miércoles, 7 de marzo de 2012

¿Sed excesiva, hambre atroz, pérdida de peso, demasiada orina...?

¿Reconoce estos síntomas?. ¿Los identifica en alguno de sus familiares?.

Sí. Son los síntomas característicos de la Diabetes Mellitus.

¿Qué hacer?.

Sencillo. Lo primero es descartar o confirmar la enfermedad. Lo haremos de una forma tan fácil como es una Analítica sanguínea en la que solicitaremos una determinación de Glucosa.
A ser posible dicha analítica debería realizarse en ayunas.

¿Qué cifras de glucosa en sangre son anómalas?. Un valor de glucosa en sangre, en ayunas, mayor de 126 mg/dl, es indicativo de posible diagnóstico de la enfermedad. Deberemos confirmarlo con una nueva analítica al cabo de 7-10 días.

Y si el nuevo valor está tambiéb por encima de ese margen de 126 mg/dl, se confirmará que padece Diabetes Mellitus.
Esta es la forma más frecuente de aparición y de diagnóstico de la enfermedad en adultos.

Pero, ¿qué pasa con los niños?.
En ellos, la forma más frecuente de debut de la enfermedad es una descompensación aguda con la aparición brusca de los síntomas mencionados al principio, llegando incluso, en algunos casos, a desencadenarse una situación de coma Hiperglucémico. Lo que llamamos una Cetoacidosis Diabética.

Pero sigamos con los adultos.
¿Qué hacer una vez confirmado el diagnóstico de la enfermedad?.
Lo primero empezar a asumirlo, sin dramatismo , pero con conciencia de la necesidad de iniciar algunos cuidados especiales.

Comenzaremos por la instauración de unos consejos dietéticos, encaminados a una pérdida gradual y progresiva de peso. La Diabetes en el adulto se asocia en un elevadísimo porcentaje a la Obesidad/sobrepeso.

Otro de los aspectos importantes será la valoración de otros Factores de Riesgo Cardiovascular, como la Hipertensión Arterail, la propia obesidad o sobrepeso, la dislipemia, el abandono del tabaco y la realización regular de ejercicio físico adecuado.

Todos estos aspectos iniciales van a marcar la evolución posterior de la enfermedad.

Una correcta adecuación de los hábitos de vidad y una buena determinación, por parte del paciente, a asumir los cuidados propios de la enfermedad será el mejor inicio del tratamiento, para evitar la aparición de las complicaciones crónicas, a largo plazo, de la Diabetes Mellitus.

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